El terreno con pendiente y en esquina, con las visuales condicionadas por las colindancias, permitió realizar un ejercicio de “descubrir el espacio”. La naturaleza es parte de la casa, conforme se acerca a ella, se va realizando un recorrido lleno de experiencias, pausas provocadas por la presencia de naturaleza o de algunas barreras materiales, que obligan al usuario y sus visitas a observar, a mirar.
Espacios elevados, puentes, dobles alturas permiten una lectura diagonal del espacio.
La luz cenital y secuencial complementan la experiencia.