En enero de 2018 visité el Caso Estudio No. 8, el prototipo diseñado por los norteamericanos Ray (1912-1988) y Charles Eames (1907-1978), conocida como The Eames House y ubicada en Los Angeles, California.
Bajo el auspicio de John Entenza, publicista de la revista Art and Architecture, se realizó un programa llamado Case Study Houses, que entre 1945 y 1966 promovió el desarrollo de prototipos de viviendas producto del éxito de la construcción en la postguerra.
El objetivo primordial era el fueran propuesta de fácil producción, ¨costos bajos, modernos y experimentales¨[1].
Entenza reunió, del área de California entre otros, arquitectos de la talla de Richard Neutra, Rafal Soriano, Craig Elwood, Pierre Koenig, Ero Saarinen, Charles y Ray Eames , para que relizaran 36 propuestas
El programa buscaba redefinir la vivienda contemplando lo nuevos requerimientos funcionales de una vida moderna, pero sobre todo el uso de nuevos materiales, para lo cual, logró que la industria donara los materiales.
Desarrollada entre 1945-1949, el tema relevante es el sistema constructivo, básicamente una estructura de acero, pieles de vidrio, paneles de yeso y cubierta plana de acero que únicamente se abre una transparencia sobre la escalera helicoidal. La solicitud fue tan precisa que el montaje de la estructura portante se llevó tan solo 16 horas.
Aunque lo que debo destacar es que, además del ahorro en costo de materiales y tiempo de ejecución, el sistema con sus piezas esbeltas, colabora en desarrollar un espacio etéreo, como componente que permitía destacar la vida cambiante y moderna que transcurría entre los espacios y al mismo tiempo permite esa continuidad sensorial del adentro y afuera.
Recordamos que el primer anteproyecto (Charles y Ero Saarinen en 18945) se ubicaba flotando sobre el terreno; sin embargo al final, ya con la colaboración Ray, se concibe un proyecto sobre el plano tierra para relacionarlo directamente con el solar y sus árboles.
Desde el punto de vista funcional, se definen las zonas como artificio organizador de la vida, sectorizando las públicas, privadas y de servicio; pero además se realiza una interacción espacial, al incrustar las funciones más privadas en una espacie de altillo, para que se integren en la jerarquía generada por las dobles aturas.
El esquema ilustra el partido con dos bloques separados por un patio que sirve de atrio natural exterior y que permite leer las masas como un solo bloque longitudinal que responde a la topografía con una pared de concreto, construida longitudinalmente y que protege del talud en planta baja, dejando las otras 3 caras de los prismas disponibles a la interacción con la naturaleza.
El primer bloque aloja en planta baja, estudio a doble altura, y cuarto obscuro debajo de la zona de bodega o con posible cuarto de visitas. Luego en medio, como en un conector interior-exterior un patio y a continuación el segundo bloque con cocina-comedor, zona de plancha y sala con doble altura, que se extiende hacia un pequeño atrio interior-exterior techado.
Arriba, dos dormitorios con ventanas hacia los eucaliptos, ambos dando hacia la doble altura que garantiza la integración visual diagonal, y cortinas que permiten controlar la incidencia de luz y privacidad requeridas.
La sombra y protección de los árboles podría haber considerado para unos lienzos completamente transparentes, sin embargo, los Eames deciden incrustrar una serie de lienzos, como un ritmo de sólidos con colores primarios, azul, rojo y amarillo, acaso con referencias de los cuadros de Mondrian, que hacen que la relación hacia el paisaje aparezca aleatoriamente.
La estructura de la casa, igual que señalo el autor, se disuelve entre los árboles, entre los reflejos, tanto interiores como exteriores, porque los Eames ¨cómo habitantes que trabajan en diseño y artes gráficas, desean que la casa sirva de escenario para la vida donde la naturaleza sea como amortiguador[2].
Como dice Beatriz Colomina, la casa debe pasar inadvertida en beneficio de las opciones creativas de sus ocupantes[3] con la intención de que mejorar la vida del consumidor moderno, con paneles móviles y muebles que se abren y cierran fácilmente; lo sensorial traspasando lo funcional.
Esta casa, además de cautivarme, me hizo reflexionar sobre la validez de la enseñanza actual de la Arquitectura…
[1] Smith Elizabeth A.T., Case Study Houses, 1945-1966 The California Impetus. 2006 Taschen, Slovakia
[2] Eames Fundation, Visit brochure, 203 Chautaqua Boulevard Pacific Palisades, CA 90272
[3] Colomina Beatriz, Reflexiones sobre la Casa Eames, Revista de Arquitectura Vol. 9 Junio 2007. Universidad de Navarra
